Me falta la fuerza para conceguir protección en la indiferencia.
Ahora, descubro que di esperando y quedé necesitando.
Necesito que tus ojos reflejen lo que los mios al verte.
Vi en tus ojos aquellos que me hiciste ver y no aquellos con los que en realidad me viste.
Ahora, a la intemperie, incluso el viento me hiere.
Me lacera, me quema hasta acallar finalmente el ruido en mi pecho.
Arrepentida te encuentro, mas ni en el arrepentimiento vez como yo veo.
No es tu culpa; sin embargo, el viento sigue soplando.
6/5/10
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